lunes, 9 de julio de 2012

CIUDADANOS DE TERCERA


Por Julián Marín Mencos
Ciudadanos abandonados, ciudadanos de tercera. ¡Eso somos! Mucho decir que somos el eje del Ebro, la capital de la Ribera, la segunda ciudad de Navarra y otros títulos grandilocuentes que nos gusta creer, pero la verdad es que la Ribera está separada de la capital, Pamplona, por muchos más kilómetros que los 92 que dicen los mapas de carreteras que existen de distancia.
Hace escasa fechas llegó a mi domicilio una carta de Audenasa, como usuario que soy de esa autopista, con el objeto de darme a conocer que a partir de ahora la renovación de la tarjeta de esa autopista pasaba de ser gratuita a costar 9 euros anuales. Tuve que hacer números para ver si la tarjeta me salía rentable o no.
A la vez, la carta mostraba la otra posibilidad de pago que no es otra que comprar el dispositivo de "Vía T". Por este dispositivo solo se pagaría 6 euros anuales, aunque, claro, el dispositivo en sí costaba 18 euros. De nuevo me vi haciendo números.
Llegue a la conclusión que los ciudadanos de Tafalla, Olite, Marcilla, Valtierra o Tudela, entre otros, somos ciudadanos, no de Segunda B, sino de Tercera. Solo así se explica que de Pamplona a San Sebastian o de Pamplona a Alsasua y Vitoria puedas circular prácticamente gratis. Solo así se entiende que de Pamplona a Estella o de Pamplona a Sangüesa y Jaca existen o van a existir autovías totalmente gratuitas, mientras que de la capital navarra hacia esas poblaciones sureñas no haya más remedio que pagar por los cuatro carriles.
Parece mentira que el eje principal de nuestra comunidad, el que une Pamplona con Tafalla y Tudela, en vez de tener autovía gratuita tenga peajes. Parece mentira que los ciudadanos que usamos esta vía de unión entre capitales de merindad sigamos sufragando una autopista que desde hace muchos años está más que amortizada.
Hace años, el invento de la tarjeta de Audenasa palió un poco el alto costo de los peajes y, al menos, si hacías el viaje de ida y vuelta en 72 horas, tenías un gran descuento, pero el gravar la tarjeta me ha hecho reflexionar si no es ya tiempo de que esta vía sea gratuita de una vez por todas. Algo que los ciudadanos de los pueblos y ciudades que la usan lo llevan pidiendo desde hace años. Tudela, ciudad casi equidistante con Logroño, Soria, Zaragoza y Pamplona, nunca se ha beneficiado de las autovías y por lo que se ve los ciudadanos riberos, o bien circulamos por carreteras atestadas de tráfico pesado para viajar a las capitales antes nombradas, o tenemos que desembolsar dinero para ir por doble vía. Ya es hora de que, al menos, la carretera que une las dos ciudades más importantes de Navarra tenga su autopista gratuita.

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